Origen
La noción de Antigua Grecia es utilizada para nombrar a la civilización europea desarrollada durante el período comprendido entre el comienzo de la Edad Oscura (1100 a. C.) hasta la conquista romana tras la Batalla de Corinto (146 a. C.). Previo a dicho período, la población protogriega era conocida como heládica término que hace referencia a un conjunto de tribus que emigraron hacia la península balcánica durante la Edad de Bronce.
La procedencia de dichas tribus es inexacta. Algunos historiadores
atribuyen su origen a los Balcanes, otros a Mesopotamia y Siria. Con
todo, su arraigo en la península constituyó la raíz de los pueblos
griegos más importantes como los Aqueos, Dorios y Jonios.
Culturas minoicas y micénicas
Hacia el final del Período Heládico los Aqueos (en Pilos y Micenas) y los Jonios (en Atenas) desarrollaron la cultura micénica, logrando significativos avances para la época junto con la cultura minoica. Esta última debía su nombre al rey Minos, líder del pueblo establecido en la isla de Creta.
De ambas culturas se conoció una prolífica actividad comercial, a la
vez que se atribuyó a la primera el origen de los poemas épicos de
Homero: Ilíada y Odisea. Si bien no se
ha llegado a un acuerdo acerca de los motivos de la abrupta culminación
de ambas culturas hacia 1150 a.C., mayormente se la vincula a la
conquista de Creta por parte de los micénicos, a catástrofes naturales y
a invasiones externas.
Comienzos de la Antigua Grecia
Con el derrumbe de la cultura micénica cayó a su vez su sistema de escritura (Lineal B), por ello no se cuenta con documentación histórica fehaciente que sea propia de la Edad Oscura. Sin embargo, sí se supo que durante este período hubieron diversas migraciones que llevaron a los Dorios a ocupar la zona del Peloponeso (Esparta), ciertas islas de la parte sur del Mar Egeo y la costa sur de Asia Menor. Otro dato que ha subsistido el que Atenas logró sobrevivir como acrópolis a la decadencia de la cultura micénica. La unificación de las pequeñas comunidades autónomas dispersas se dio a partir del siglo VII a.C. (comienzo de la Época Arcaica) por medio de la modificación del sistema de escritura fenicio para la creación del alfabeto griego.
Geografía
Los límites geográficos de la civilización de la Antigua Grecia han sufrido cambios a través del tiempo. Estas alteraciones se deben a la frecuente fluctuación de los regímenes de gobierno y sus correspondientes políticas bélicas. Con todo, puede trazarse un terreno común levemente invariable a partir del Período Heládico (nombre proveniente de la Hélade, un conjunto de pueblos protogriegos del III milenio a.C.) hasta la anexión de Grecia por parte de la civilización romana. Este terreno constituye la península balcánica, la costa occidental de Asia menor (actual Turquía) y el conjunto de islas del mar Egeo.
Grecia continental
La Grecia continental europea comprende la península de los Balcanes. La pluralidad de las ciudades (polis) dadas en este territorio responde a la diversidad geomorfológica de la superficie, fuente de múltiples recursos para el trabajo de minería. Aquí se destacan ciudades como Macedonia y Epiro (Norte), Atenas y Delfos (Centro) y Esparta (Sur). Luego encontramos en la Grecia continental asiática una tierra propicia para el trabajo agrícola, especialmente en las regiones de Eólida y Jonia (Norte) que cuentan con óptimas características climáticas. Por el contrario, la situación orográfica desfavorable en la región Dórica (Sur) la indujo a la actividad comercial.
Grecia insular
Un sector fundamental del comercio ultramarino de la civilización griega está formado por el conjunto de islas del mar Egeo. Partiendo desde la península balcánica, separadas por el estrecho de Euripo se encontraban las islas Cícladas. A continuación, en dirección Este y hasta la parte continental asiática encontramos el archipiélago del Dodecaneso. Configurando el límite hacia el Sur se encontraba la isla de Creta, que era la civilización insular más destacada de la Antigua Grecia. Su importancia radicaba conjuntamente en su posición estratégica y en la variedad de sus recursos naturales. Ambas condiciones le permitieron desarrollar correspondientemente, tanto una próspera actividad comercial como actividades agrícolas, ganaderas, pesqueras y mineras.
Política y sociedad
La organización de la sociedad griega respondía en primera instancia a una división de la población en diversas polis, ciudades surgidas en el siglo VII a.C. Los numerosos accidentes geográficos del territorio griego (ríos, montañas) contribuían a que estas funcionaran como núcleos de poder aislados. Pese a esta distancia entre las polis, la práctica de una religión y un idioma en común permitía enmarcarlas dentro de una misma civilización. Aunque funcionaban de manera autónoma, era común que se aliaran en Ligas. Estas se constituían según las distintas necesidades motivadas por los conflictos bélicos. En el Período Clásico, las ligas más poderosas eran las comandadas por Atenas y Esparta.
Organización política
En la Época Arcaica la mayoría de las polis eran oligarquías aristocráticas, sistema que provocaba disconformidad en aquellos ciudadanos excluidos de las decisiones políticas. Cuando el descontento era general, se alentaba a que un ciudadano particular tomara el poder político por la fuerza. Este tirano ejercía su voluntad reestableciendo el orden público, luego abdicaba y se retornaba al sistema tradicional. La deficiencia tanto de la oligarquía como de la tiranía llevó a una reconsideración de la organización política. Así, hacia la segunda mitad del siglo VI a.C. se consolida la democracia en Atenas. El sistema garantizaba igualdad de derechos para los ciudadanos. Sus opiniones podían manifestarse en la asamblea, esta tenía lugar mayormente en el Ágora (plaza pública). Luego este sistema alcanzó a la mayoría de las polis, sin embargo hay excepciones. Esparta, por ejemplo, si bien incorpora la asamblea, mantiene una diarquía (dos reyes).
Organización social
En Atenas la sociedad se estructuraba en cuatro clases basadas en la economía de la casa (oikos) y la destreza militar de los ciudadanos. Los más pobres (thetes) también gozaban de derechos políticos pero no estaban habilitados a ejercer ningún cargo. Por el contrario, a los metecos (extranjeros), esclavos y libertos (esclavos liberados) no se les permitía participar de la asamblea. Lo mismo ocurría en Esparta con los esclavos, ilotas (campesinos) y periecos (habitantes de la periferia). En esta polis, el beneficio por excelencia de la ciudadanía no era la soberanía sino la posibilidad de recibir la clásica educación espartana (agogé). Esta era de carácter obligatorio y colectivo, y estaba organizada por el estado, a diferencia de la educación privada (privilegio de las clases más altas) que se profesaba en el resto de las polis
Ciencia y tecnología
Los griegos fueron los primeros en plantear una correspondencia entre los tratados teóricos y su aplicación práctica. Los avances más importantes se han registrado en el terreno de las matemáticas y de la biología. En el siglo VI a.C. la escuela de Mileto fue la que comenzó a sistematizar el pensamiento occidental separándose de los antiguos saberes recibidos de Oriente. Su mayor exponente fue Tales (físico, matemático, astrónomo y geógrafo), seguido por Anaximandro, creador del primer mapa. Otros avances tecnológicos importantes del siglo VI a.C. fueron los de Anacarsis de Escita, quien realizó importantes mejoras del ancla, el fuelle y la rueda de alfarero; Glauco de Quíos, quien concibió la técnica de la soldadura del hierro y Teodoro de Samos, famoso por invenciones tales como la escuadra, el nivel, la regla y el fundido del bronce.
Matemáticas
Los griegos llevaron a las matemáticas hacia el campo de la deducción y la lógica. La iniciación de Tales (con su famoso teorema) en Mileto fue continuada por Pitágoras de Samos. Su escuela realizó grandes avances en aritmética, geometría, música y astronomía. Los pitagóricos otorgaron a los números enteros una funcionalidad objetiva, ejemplo de esto fue el uso de los mismos tanto para el estudio de las formas geométricas (teorema de Pitágoras) como para la medición de los intervalos musicales. Luego de la constitución del imperio de Alejandro Magno (s. IV a.C.), Alejandría se erigió como centro cultural de la Antigua Grecia. Allí, hacia los comienzos del Período helénico (s. III a.C.), Euclides presentó Elementos donde definió a la geometría como un sistema de relaciones lógicas que no dependían de una comprobación empírica (sistema deductivo). Luego aparecieron los estudios de Arquímedes en Siracusa, los cuales resultarán primordiales para el posterior desarrollo de la mecánica y el cálculo integral.
Ciencias biológicas
Al sur de Mileto, las ciudades de Cos y Cnido fueron sede de importantes escuelas médicas. El Corpus Hipocrático (V y IV a.C.) fue un grupo de unos sesenta escritos médicos que hoy constituyen la fuente más fiable de los conocimientos en medicina griega antigua, donde encontramos la Teoría de los humores de Hipócrates. Los avances de mayor importancia en el terreno de la biología los debemos a Aristóteles (s. IV a.C.) quien llegó a clasificar 540 especies animales. La sistematización de sus estudios revalorizó a todas las investigaciones anteriores en esta y otras disciplinas científicas (tales como la física y la química), por eso fue considerado el padre de la lógica. Sus escritos poseyeron un valor inestimable que se ha extendido hasta la actualidad.
Economía
La civilización griega alcanzó la cumbre de su prosperidad económica durante los siglos IV y V a.C. Tanto la agricultura como el comercio de ultramar fueron primordiales para el crecimiento del poderío económico griego. Otra actividades en constante crecimiento aunque menos relevantes fueron la metalurgia y el comercio de manufacturas. Dentro de estas últimas, encontramos tejidos, que eran realizados en su mayoría por esclavos y artesanías con metal, cuero, madera o arcilla, realizadas en talleres especializados. El trabajo con la cerámica de los griegos resultó famoso debido a sus detalles artísticos más que a su utilidad práctica.
Agricultura y comercio de ultramar
Durante la época Arcaica la actividad agrícola se restringía al cultivo de cereales, viñas y olivos. La escasa fertilidad del suelo de Grecia Continental llevó progresivamente a una insatisfacción de la demanda de estos productos. Con la colonización de Asia menor comenzaron a cultivar trigo aprovechando las virtudes del terreno. Surgió entonces la necesidad de comerciar los granos a través del mar. Sin embargo, el comercio de ultramar no estaba abocado sólo a la producción agrícola, también circulaban productos manufacturados provenientes de las polis más desarrolladas. Las relaciones de ultramar se daban principalmente con Italia y Egipto. Luego las islas del Egeo servían de comunicación entre la parte continental europea y la parte continental asiática de la civilización griega. Durante el siglo IV a.C. se atribuye la mitad de la riqueza de Atenas a la actividad comercial, sobre todo a la recaudación proveniente de impuestos cobrados a los emporoi (comerciantes). El pago de los impuestos les daba derecho para atracar en el puerto y comerciar sus bienes en las polis. Para cubrir estos gastos los emporoi necesitaban contar con monedas de cada ciudad, esto dio lugar al nacimiento de las actividades financieras en la Antigüedad.
Moneda
El uso de la moneda para las transacciones comerciales
fue incluido en Grecia a partir del 550 a.C., provenía de los sectores
de Asia menor que estaban en contacto con Lidia (actual Turquía), lugar
donde se acuño la primera moneda. Las primeras monedas acuñadas eran de
un material llamado electrum que consistía en
la alineación de dos metales: plata y oro. Tenían principalmente dos
funciones: por un lado, favorecían la acumulación privada de metales
preciosos y por otro, facilitaba el cobro de impuestos puesto que
unificaba el método de pago. Las polis que acuñaban monedas demostraban
una alta jerarquía; como Atenas que tuvo una moneda propia llamada “Búho ateniense”.
Religión
En la Grecia Antigua la religión estaba estrechamente vinculada con la mitología. No existía una religión unívoca, sino que actualmente se llama “religión” a un conjunto de cultos y mitos que, documentados por primera vez en la cultura micénica, alcanzaron una estructura definida en la Época Arcaica. Esta estructura se basaba tanto en fuentes literarias (escritos de Homero y Hesíodo) como arqueológicas (artefactos encontrados en excavaciones de santuarios).
Mitología
La Mitología puede dividirse en tres grandes grupos. El primero comprende mitos sobre el origen de los dioses; el segundo mitos sobre la relación entre dioses, semidioses y mortales; y el último, mitos acerca de héroes mortales. A partir de ellos sabemos que los dioses griegos eran antropomórficos e inmortales y constituían una sociedad organizada jerárquicamente. No tenían sangre sino ichor y se alimentaban de ambrosía, néctar y humo de los sacrificios. Solían intervenir caprichosamente en el destino de los mortales, por ello las polis rendían culto a los dioses por los cuales se veían favorecidas. Tanto la Teogonía de Hesíodo como los escritos homéricos, nos permiten situar tempranamente a la figura de Zeus como soberano de los dioses del Olimpo (lugar donde moraban los inmortales). Otros dioses de importante jerarquía eran sus hermanos, Poseidón y Hades; su esposa, Hera; y sus hijos, Ares, Apolo, Afrodita y Atenea. La mitología era considerada un documento histórico fehaciente y constituía la base de la cultura griega. Sin embargo, su valoración histórica finalizó hacia finales del siglo V a.C. con la aparición de los pensadores filosóficos del racionalismo
Culto
Se podían distinguir dos formas de agasajar a los dioses del Olimpo. Por un lado en la esfera privada, donde se rendía culto a Hestia (diosa del hogar) y a Zeus. Allí, las ofrendas destinadas a ellos y a los espíritus de los antecesores familiares se realizaban en un pequeño altar al interior de las casas. Luego, en la esfera pública podían encontrarse ritos, libaciones, ofrendas y sacrificios dentro de las distintas celebraciones de la polis. En los diversos eventos públicos se solía rendir culto a varios dioses simultáneamente, aun así, muchos de estos festejos tuvieron su origen en honor a un dios predilecto, como lo era Zeus en los juegos olímpicos, Dionisio en las obras teatrales y Deméter en los misterios (procesiones teatralizadas).
Lugares Sagrados
Los templos, dedicados al culto de las numerosas divinidades, proliferaban a lo largo del basto conjunto de poleis de la civilización griega. Los templos más imponentes de la antigüedad eran los de Olimpia, Delfos, Atenas, Eleusis, Delos, Epidauro, Mileto, Éfeso y Selinonte. Estos edificios magnánimos han demostrado una gran supervivencia al paso del tiempo, aunque el legado que tenemos de los mismos actualmente se compone del Partenón y el Hefestión de Atenas, el grupo de Paestum, el complejo de templos de Selinonte y los santuarios de Agrigento.
Estructura de los templos
Los templos estaban construidos en témenos, terrenos consagrados a los dioses que no podían ser utilizados con fines seculares. Delante del templo, al aire libre, se construía un altar, el cual se consideraba condición suficiente para el establecimiento de un santuario. Por esto último, en algunos témenos podía encontrarse solo un altar sin templo. Los templos se destinaban al culto de una deidad particular. No se oficiaban ceremonias en su interior, sino que eran considerados las moradas de cada Dios. La estructura básica de un templo constaba de una cella, habitáculo central de forma rectangular donde se erigía la estatua del dios; un pórtico (pronaos), vestíbulo que precedía a la cella; y de un opistódomos, cámara posterior inconexa donde se depositaban las ofrendas. Tanto la cella como el exterior de todo el templo estaban rodeados por columnas. Según la cantidad y la posición de estas columnas se han dado nombre a distintos tipos de templos. Esta estructura base surgió, según el testimonio de Vitrubio, a partir de una sala rectangular llamada megaron que podía encontrarse en las casas de la cultura micénica, donde cumplía la función de santuario de dioses familiares.
Teatros
Los teatros también ocupan un papel relevante en lo concerniente a la edificación sagrada en la antigüedad. En principio las ceremonias teatrales no son separables del oficio del culto a los dioses puesto que significaban un ritual en honor a Dionisio, aunque a partir de mediados del siglo VI a.C. la temática de las obras teatrales comenzará a adquirir un tinte político. Estos edificios constaban de un círculo central (orchestra), donde se realizaba la representación, que estaba rodeado de un graderío semicircular situado al aire libre, generalmente en las afueras de las polis. El mejor conservado hoy es el teatro de Epidauro, su construcción data del 350 a.C. y era uno de los teatros más grandes ya que contaba con una capacidad para catorce mil espectadores.
Calendario
El conjunto de calendarios utilizados durante el Período Clásico en la Antigua Grecia recibe el nombre de Calendario helénico. En esos calendarios, los nombres de los años estaban dados en función de la relación que guardaban con la celebración de las olimpíadas. En el año 776 a. C. tuvieron lugar los primeros juegos olímpicos, fue llamado “año de la primera olimpíada” y a partir del mismo se configuró la nomenclatura de los años siguientes. Dentro del conjunto de calendarios que forman el Calendario helénico el más conocido era el Calendario Ático.
Calendario Ático
Se trata de un calendario lunisolar utilizado principalmente en Atenas. La duración de los meses estaba estipulada en relación con los ciclos lunares. La organización anual era de doce meses que alternaban entre veintinueve y treinta días de duración. Cada mes del Calendario Ático comenzaba con la luna nueva y llevaba un nombre asociado a divinidades o a festejos religiosos. El año contaba así con 354 días dejando un margen de once días de diferencia respecto del año solar. En concecuencia cada dos años (en principio) se añadía al calendario del año venidero un mes de treinta días llamado embolístico. Con todo, esta organización temporal presentaba dificultades, puesto que nunca se llegó a establecer un período de tiempo regular a partir del cual se debía incluir el mes embolístico.
Astronomía
La configuración del calendario tiene como fin favorecer a la actividad agrícola. Las primeras recomendaciones para la siembra y recolección se encontraron en escritos de Hesíodo y estaban dadas a partir de las constelaciones visibles durante el amanecer, que variaban dependiendo de la estación del año. A mediados del siglo V a.C. el estudio del movimiento de los cuerpos celestes proliferó dando lugar a diversas teorías. La más popular proponía un esquema geocéntrico, en el cual los cuerpos celestes se movían alrededor de la tierra en órbitas circulares perfectas y a una velocidad constante. Este esquema perduró en el pensamiento occidental durante unos 2000 años. Luego, a mediados del siglo IV a.C. Eudoxo propuso que tanto la tierra como los cuerpos celestes (veintisiete ubicados concéntricamente respecto de la tierra) tenían una forma esférica.
Arte
Hasta comienzos del siglo V a.C. el desarrollo artístico en las poleis más poderosas de la civilización rondaba entorno a la decoración arquitectónica y a los detalles estéticos de los utensilios de uso cotidiano. Los gobiernos tiránicos, predominantes en la Época Arcaica, fueron los que invirtieron en mejorar la estética urbana para demostrar superioridad al resto de las poleis. El arte griego abarcó una gran variedad de disciplinas que, si bien no respondieron a una evolución uniforme, alcanzaron su máxima expresión durante los períodos Clásico y Helenístico. En base a dichos períodos está cimentado gran parte del desarrollo artístico posterior de la cultura occidental.
Período Clásico
Atenas alcanzó su apogeo cultural durante el denominado Siglo de Pericles, nombre que obtiene del gobernante ateniense homónimo que cumplió su mandato democrático a lo largo del siglo V a.C. Este período significó un avance tanto cuantitativo como cualitativo de las obras artísticas respecto de los siglos anteriores. En el terreno de la arquitectura y escultura, los avances más significativos fueron la reconstrucción del templo de Zeus en Olimpia, la del templo de Apolo en Delfos, y el levantamiento de la Acrópolis en Atenas (ciudad marmórea edificada en honor a los dioses cuya construcción se prolongó durante veinte años). El teatro fue el género literario más desarrollado, a la vez que el campo laboral artístico más favorecido por las políticas de Pericles. Aquí los autores más destacados fueron los trágicos Esquilo, Sófocles y Eurípides, y el cómico Aristófanes; mientras que Píndaro se destacó en el genero lírico.
A este período se debe la proliferación y la extensión del arte griego por todo el territorio que componía el imperio de Alejandro Magno.
Durante esta época la ponderación de la cultura griega influyó a
numerosas ciudades dando origen a obras de gran jerarquía como la Venus de Milo o la Victoria de Samotracia.
El desplazamiento de los centros culturales hacia las ciudades de
Alejandría, Pérgamo y Antioquía trajo numerosas innovaciones, como el
trabajo del mosaico en la arquitectura y la inclusión de la técnica del
relieve en la cerámica. En lo concerniente al terreno literario, debemos
a este período la llamada Comedia nueva de Menandro reelaborada posteriormente por los romanos Plauto y Terencio. En poesía tuvo un gran desarrollo el género bucólico por parte de autores como Teócrito, a la vez que se cultivo el epigrama género en el cual se destaca el aporte de Calímaco.