Los autos nucleares no son exclusivos de la modernidad. En 1958 Ford presentó el Nucleon, un concept de diseño muy llamativo que en lugar de motor de combustión empleaba un pequeño reactor nuclear.
Pero ese auto era la punta de un proyecto cuya finalidad era, nada
menos, que reemplazar las fuentes de alimentación hasta ese momento
conocidas, por la energía nuclear. Como ya sabemos, el plan no prosperó.
Un diseñador ruso se ha divertido imaginando el supercar Audi del futuro. Aparte de su estilo Batman, se distingue por su motorización basada en un reactor de fusión nuclear.
Con sus tecnologías e-tron, g-tron y h-tron, Audi ha explorado
varias vías de propulsión alternativa: eléctrica, híbrida
gasolina/electricidad, híbrida diesel, híbrida recargable, híbrida
gasolina/gas, pero también pila de combustible.
Pero si la solución del futuro, en cualquier caso para un supercar de
alta gama se encuentra en otra parte, ¿por qué no buscarla en la
propulsión nuclear? Esto es lo que se ha imaginado el diseñador ruso Grigory Gorin que ha publicado su última creación virtual, el Audi Mesarthim F-Tron Concept.
El Mesarthim F-Tron Quattro forma parte de un futuro en
el que hemos conseguido dominar la energía nuclear hasta tal punto de
que nos podemos permitir el lujo de meterla en un coche para conseguir
cifras de autonomía verdaderamente absurdas con una minúscula cantidad
de combustible. Y es que, según los que saben de esto, solo se
necesitarían un puñado de centrales en todo el mundo para mover todos
los coches del planeta.
El motor de este revolucionario y
futurista Audi trabaja gracias sus cuatro motores eléctricos situados
cerca de cada una de las ruedas que se alimentan de unas baterías
ligadas a un generador que, a su vez, está conectado con una turbina que gira gracias al vapor que se desprende del reactor de fusión nuclear con el que está enlazado. Un sistema que dibuja un posible cambio en la propulsión de los vehículos y que se completa con un volante de inercia que debe permitir al Audi Mesarthim F-Tron Concept circular a alta velocidad lo más limpiamente posible.
Otro punto técnico interesante es la presencia debajo del chasis de un sistema bautizado MHDS,
Magnetic Hydro-Dynamic System. Se trata de un depósito multicircular
lleno de un fluido que ayuda a repartir mejor las masas para controlar
el rozamiento en las curvas. Además, este novedoso sistema también sirve para crear apoyo en ciertas carreteras cubiertas de una superficie magnética.
Ciertamente, sobre el papel, se trata de un modelo muy atractivo. Pero
de manera concreta, todavía existen muchas dificultades para ver cómo un
sistema de este tipo podría ser miniaturizado hasta ese punto, y sobre
todo, cómo podría convertirse en algo accesible a nivel del precio,
incluso para el precio de un supercar.
La fusión nuclear ofrece como gran
ventaja que con una pequeña cantidad de combustible (por ejemplo,
radioisótopos como el uranio) se consigue una extraordinaria cantidad
energía. Obtenida con seguridad, métodos fiables y económicos, podría
ser una excelente fuente de alimentación para la movilidad del futuro.